Libro: Comprender la globalización en 10 lecciones de Gilles Ardinat - Cité de libro

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domingo, 18 de agosto de 2013

Libro: Comprender la globalización en 10 lecciones de Gilles Ardinat

En la actualidad, un fenómeno o proceso social omnipresente se viene constatando a nivel político, económico, financiero, histórico, sociológico, geográfico, etc. Este fenómeno es la globalización. Sin embargo, no todos comprendemos como se está desarrollando este gigantesco "plan" multidireccional.

El pequeño y muy ilustrador libro, Comprendre la mondialisation en 10 leçons (Comprender la globalización en 10 lecciones) del profesor y doctor en geografía Gilles Ardinat, nos presenta lecciones cortas y claras para comprender la globalización, apoyadas de extractos de textos de científicos, periodistas, organizaciones, etc. Que también evoca los orígenes históricos de este fenómeno.

Antes de explorar el libro, el profesor se interesó de manera muy bien documentada precisar muchos términos (globalización, soberanistas, alter mundialistas, etc.). El autor también abarca otros aspectos que no siempre son tomados en cuenta en la mayoría de los libros sobre este tema.

Antes de comenzar a ver cada lección del libro, quiero precisar que en francés el termino mondialisation (designa una nueva fase en la integración planetaria de fenómenos económicos, financieros, ecológicos y culturales) es usado para hablar de globalización y no de mundialización.

Lección 1: ¿Qué es la globalización?


La globalización, donde la definición es a veces imprecisa; es abusivamente asimilada a la hegemonía occidental (esencialmente estadounidense) y al triunfo de un modelo económico particular (neoliberalismo). Por otro lado la globalización es acusado de ser el responsable de los principales problemas del planeta (desigualdades sociales, crisis, degradación del medio ambiente...), sin que sólidos argumentos vienen a sostener estas críticas (p.9).

El doctor, Gilles Ardinat, quien dice que contrariamente a los mitos, "la globalización no es exclusivamente un fenómeno económico, sino más bien un proceso geográfico" que lo describe como la "emergencia de un espacio a escala planetaria", que es "muy dependiente de las condiciones técnicas, principalmente de los transportes".

Es justamente la lecciones 9 y 10 que me motivaron a leer este libro (las otras no dejan de ser interesantes), cuando escuché a Gilles Ardinat en un video (ver video en francés, en la parte inferior) sobre la globalización ecológica.

Ardinat, cita la definición de J. Lévy para definir la globalización: "la invención de un espacio de escala mundial a partir de espacios pre-existentes de escala inferior [...] La globalización es una realidad fundamentalmente geográfico [...] es el procesos de emergencia de un espacio".

En efecto, entre ventajas e inconvenientes, la globalización está rompiendo las barreras ente los países, e incluso entre continentes. Algunos sostienen que la solidaridad se ve en aumento, lo cual sería paradoxal, porque esta globalización tiene como motor el neoliberalismo, que es principalmente individualista.
Como lo recuerda el economista Guy Garron de la Carrière, "la globalización expresa el estado de desarrollo planetario sin barrera donde todo está cerca, accesible, donde todo se comunica; por consecuencia, las solidaridades y las interdependencias se incrementan. Es el estado de nuestro mundo tal como se forma después de 1970 y sobre todo en 1980"(p.11).
Muchos autores, siempre reducen todo este cambio social planetario sólo al aspecto económico – capitalista.
Para el geógrafo Laurent Carroué se trata del "proceso histórico de extensión progresiva del sistema capitalista en el espacio geográfico mundial". El sociólogo Pierre Veltz evoca "la extensión de manera tendencial planetaria de interdependencias económicas" (p.12).
Hablar de neocapitalismo, no es lo mismo a globalización, sino que es una forma de capitalismo.
"Globalización" es frecuentemente asociado, incluso confundido con otros términos. Por lo que es necesario recordar la definición de palabras claves que son muy frecuentes mezclados. [...] Existe un vínculo entre globalización y capitalismo económico fundado sobre la propiedad privada de los medio de producción. Este modo de apropiación se opone particularmente al comunismo que generaliza la propiedad colectiva de sus medios de producción. Sobre el plano social, el capitalismo se caracteriza por la utilización del salariado (en el seno de las empresas, el patrón paga un salario a los empleados). Esta relación en el trabajo es diferente en los sistemas feudales o esclavistas. En suma, el capitalismo es un sistema económico y social; no es sinónimo de globalización, porque puede existir en teoría formas autarquías de capitalismo. Esta hoy en día bajo una forma liberal que el capitalismo tiende a globalizarse"(p.17-18)
Continuando con las citaciones del libro, ¿Desde cuàndo se vienen dando este proceso? Para responder nos dirigimos a la siguiente lección.

Lección 2: ¿La globalización es un proceso reciente?

La globalización no es un fenómeno reciente, sino todo lo contrario, hasta se puede remontar a la prehistoria (migración del Homo sapiens) (p.25). Y, en el transcurso del tiempo, lo que siempre contribuyó al movimiento fueron los grandes descubrimientos o invasiones (continente americano), los grandes viajes a través de otros continentes. En cada una de ellas la intensidad de la globalización es diferente.

Algunos imperios se construyeron a diferentes escalas, pero nunca llegaron a ocupar o posicionarse al mismo tiempo en varios continentes.
De hecho, hablar de "potencia mundial", es anacrónico tanto que la llamada potencia no tomó conocimiento del conjunto del globo (p.27).
La globalización, no es ajeno a las crisis políticas-económicas y financieras, sino todo lo contrario tiene un efecto devastador incluso cuando el epicentro esta en otro lado del mundo. Ante este problema, muchos países evalúan o toman medidas regionales o individuales.
Esta gran recesión [crisis financiera de 1929] es el arquetipo de las crisis de la globalización liberal. Ella demuestra que la globalización, lejos de constituir un proceso natural, es reversible. Frente a la debacle general, los Estados, incluso aquellos reputados liberales (Reino Unido, Estados Unidos) optan por un cierto nacionalismo económico (devaluación monetaria, proteccionismo...) (p.34).
Después de que la URSS desaparició, quien era el otro que le hacia frente al capitalismo, nacen otras ideas más liberales, para ver esto de más cerca,  ver la lección siguiente.

Lección 3: ¿La globalización es necesariamente liberal?
El liberalismo económico vuelve a salir fuertemente descreditado de la crisis de 1929. Luego de un periodo de purgatorio durante los "Treinta Gloriosos" (1945-1975), las ideas liberales vuelven a emerger a inicios de los años 1980 (neoliberalismo), principalmente en  los países anglosajones. El hundimiento del modelo soviético, que constituía hasta entonces una alternativa a la globalización capitalista, favorece el renacimiento mundial de las ideas liberales, en el contexto del "Consenso de Washington" (p.39).
Después de que la URSS desapareciera, el sistema capitalista quedo solo en la pista de competencia. Luego de la depresión de los años 30 provocan el crecimiento de los nacionalismos estáticos, produciéndose un fraccionamiento de los mercados – el gran retorno del proteccionismo.
En suma, el neoliberalismo, sinónimo de libre cambio integral, de financiarización y de privatización, progresivamente sustituido a los modelos capitalistas administrado y comunista que dominaron el periodo de la guerra fría. Esta orientación de la mundialización es indisociable de la política de los Estados Unidos (p.47).
La tendencia de la globalización no siempre fue lineal, sino todo lo contrario, experimentó diferentes tipos de crisis a lo largo de los años con efectos globales.
La coincidencia de las dificultades militares y económicas de los Estados Unidos puede ser percibida como el signo de una decadencia global de Occidente. En efecto, a pesar de algunos éxitos, la globalización neoliberal parece haber entrado en una crisis durable, cuestionando la credibilidad de este modelo. Más, las principales crisis recientes de la economía mundial tienen como epicentro los Estados Unidos: el e-krach (hundimiento de los valores ligados a Internet en el 2000), la crisis de los suprimes (explosión de la burbuja inmobiliaria y bolsa de valores en el 2007) o la quiebra del banco Lehman Brothers en el 2008) demuestran la inestabilidad del modelo anglosajón. Todos estos eventos, primero localizados sobre el territorio estadounidense, tuvieron un impacto planetario, lo que demuestra la real globalización de la economía (p.49).
Ante esta crisis del neoliberalismo, las economías emergentes son las que mejor están para hacer frente o minimizar los efectos nocivos del sistema dominante.
De un cierto modo, los "emergentes", rechazando el neoliberalismo, permitieron contener la crisis mundial. El éxito reciente del BRIC, combinado a la crisis del modelo estadounidense, constituye un contexto favorable para cuestionar el neo-liberalismo (p.50).
Esta globalización, en términos económicos fomenta la desigualdad que pueden y lo están conduciendo a posibles conflictos.

Lección 4: ¿Cuáles son las principales potencias mundiales?
La globalización no es un proceso fundado sobre la equidad, la cooperación y la repartición. Todo lo contrario, muchos autores estiman que el evento de un espacio mundial unificado conduce a nuevas formas de rivalidades. [...] Si la geopolítica puede ser definida como el "análisis de las rivalidades de poder por los territorios" (Yves Lacoste), la geo-economía estudiado  según Luttwak "la lógica conflictivo, traducido en términos comerciales"; así, la globalización lleva a diferentes potencias a competir sobre el plano económico". La economía no es aquí que una herramienta al servicio de las ambiciones políticas y diplomáticas... (p.61).
Después del 2005 la compra y venta de terrenos agrícolas por sociedades transnacionales se van incrementando para asegurar sus necesidades alimenticias, también están los controles o accesos a la materia prima por parte de naciones de gran potencia y muchas de ellas extraen sin respetar las leyes socio-medioambientales.
Las materias primas estratégicas son también determinantes. Así, en el dominio de las "tierras raras" (metales indispensables en ciertas industrias de punta), la China ha eliminado a sus competencias y se adjudicó un monopolio mundial. La Rusia utiliza su influencia en el sector gas para ejercer presiones políticas. El acaparamiento de tierras agrícolas se convirtió recientemente un asunto geo-económico mayor (búsqueda de la soberanía alimentaria). Sin embargo, en todos estos procesos, las potencias tradicionales están cada vez más desafiadas por los países emergentes. La competencia geoeconómica a la escala mundial permite a los nuevos actores de afirmarse. El BRIC es cada vez más activo. En varios dominios la hegemonía occidental es largamente cuestionada (p.63).
En cuanto al efecto de la globalización sobre las culturas de las sociedades, también tiene un efecto inesperado, tal como podemos constatar en la siguiente lección. 

Lección 5: ¿La globalización conduce a la uniformización de las culturas?
La globalización es muy frecuentemente asociada a la uniformización y a la americanización [en lugar de americanización, se debe decir estadounidense, ndlr] de las culturas. En suma, la cultura de los Estados Unidos remplazaría a los otros, lo que disminuiría el patrimonio mundial. Sin embargo, las migraciones mundiales parecen al contrario contribuir una cierta diversidad (concepto de multiculturalismo). Mientras que muchos actores exigen la instauración de una " excepción cultural", al parecer la dominación de productos estadounidenses (principalmente las películas y las series televisadas), una verdadera herramienta de la potencia política ("soft power"), no es ni automática, ni garantizado por la globalización. En un mundo donde muchos países aspiran a la potencia, la cultura es un asunto no solamente económico, sino sobre todo simbólico y geográfico (p.73).
Un efecto inverso se viene constatando en todos lados del mundo sobre el reencuentro y el reforzamiento de las culturas antes ignoradas. Una clara paradoja ante la cultura promovida por la globalización.

Si la cultura la definimos como el conjunto de comportamientos o hábitos de una sociedad transmitidos a las generaciones nuevas por medio de la educación, entonces es necesario recuperar estas auténticas formas de vida basado en la solidaridad, la reciprocidad, etc. a diferencia de la globalización, que busca destruir estas culturas de los pueblos autóctonos.
La cultura depende por consecuencia de una herencia social y no genética. Así, las costumbres, hábitos de una sociedad, la religión, la moral, el arte o la lengua son aspectos de la cultura (p.74).
Si la cultura debe ser compartida, siempre en cuando no exista una imposición. Es necesario tener claro el respeto a las otras culturas y no intentar socavar en nombre de lo universal.
La globalización, porque ella permite la emergencia de un espacio de transacción planetaria, tiene enormes consecuencias sur las culturas. La UNESCO indica a este tema que "la globalización engendró nuevas formas de intercambio et de comprensión mutuo pero igualmente favoreció la emergencia o la reemergencia de preocupantes formas de ignorancia en un contexto nuevo. En el trascurso de la última década, el mundo experimenta nuevas formas de guerras y de conflictos y estuvo confrontado a amenazas radicalmente diferentes". Considerando que la cultura debe ser compartido a la escala planetaria, la UNESCO favoreció la aparición del concepto de "patrimonio mundial". Esta idea sobreentendido que la cultura no es exclusiva a un grupo sino universal (p.75).
La cultura, así como la lengua jamás son exclusivas, uno tranquilamente puede aperturarse a otras culturas sin descuidar lo suyo, más al contrario uno llega a reforzar y a diferenciar mejor su cultura siempre en cuando uno conoce mínimamente sus origines.

Por otro lado el intercambio generalizado entre las diferentes culturas es facilitado por las migraciones internacionales que permiten conocer nuevas culturas, sin tener que clasificarlos en viveles como lo hicieron muchos intelectuales tratando de justificar la supremacía los unos contra los otros. Simplemente, una cultura es intrínseca en cierta manera a cada sociedad.
Así, la Europa fue durante muchos siglos un espacio de emigración masiva, principalmente a destinos del continente americano. Muchas decenas de millones de europeos colonizaron otros continentes. La trata de esclavos, fue un ejemplo de la globalización de intercambios, condujo a millones de africanos a ser implantar en Brasil, en los Estados Unidos o en las Antillas.
[...]
El multiculturalismo es una manifestación mayor de la globalización. Es sostenido por la UNESCO y la mayoría de las grandes organizaciones intergubernamentales en el nombre de la tolerancia y de la diversidad cultural (p.76).
La UNESCO bajo esos argumentos también se equivoca, porque en estos momentos la Francia y la Inglaterra están poblados por inmigrantes y no existe una verdadera tolerancia, más al contrario, hay motivado la formación de grupos minoritarios y radicales que no respetan al país que los acoge. Todo esto es un campo complejo que debe ser muy bien analizado bajo todos los ángulos posibles.

Este multiculturalismo es muy criticado, porque se dice que esta teniendo  efectos contraproducentes  y son acusados de motivar el "comunitarismo y la división de las naciones", antes de apostar la integracion, prefieren hablar de asimilación, con el riesgo de producir un conflicto entre comunidades.

De todo esto, en nombre de la tolerancia y del multiculturalismo, el único que se beneficia son los que están buscando hacer homogéneo una sociedad basado en el consumo y lo superfluo.
En suma, los Estados Unidos, benefician de un verdadero efecto de atracción. Sus productos culturales constituyen una comunicación planetaria en favor de la American way of life [modo de vida estadounidense, ndlr] y de su modelo democrático. Esta difusión mundial de la cultura estadounidense, favorecido por la influencia creciente del inglés, es un verdadero triunfo político: permite promover una visión del hombre, de la sociedad y de la historia generalmente favorable a los intereses estadounidenses [...] Ninguna otra potencia no dispones de un tal poder de atracción. En ese sentido, la cultura estadounidense, presentado mundialmente bajo un día positivo, se convierte en una nueva forma de propaganda, fundada sobre la seducción. El politólogo estadounidense Joseph Nye calificó de "soft power" (poder dulce) esta fuerza de atracción y de seducción (p.80).
Efectivamente, existen expertos que confirman lo mencionado antes. Pero tambien hay quienes constatan lo inverso, es decir la afirmación de ciertas culturas que siglos y/o décadas no tenían espacios de difusión.
Para ciertos observadores, la globalización no conduce de ningún modo a la uniformización de las culturas, sino al contrario a su afirmación (p.80).
Esta tesis fue defendida por el profesor universitario Samuel Huntington, así lo dice Gilles Ardinat.
La globalización, porque ella pone en relación civilizaciones diferentes, conduce a una toma de conciencia de identidad. En reacción a la intrusión de culturas diferentes, los pueblos reaccionan. El mundo es, y reside, "multicivilizacional". Nuestra época conoce un fenómeno de "indigenización", que Huntington define como el renacimiento de las civilizaciones no occidentales, en oposición a los siglos de imperialismo europeo luego estadounidense. El renacimiento de culturas autóctonas de América ilustra esta tendencia. Samuel Huntington minimiza entonces la influencia real de los valores occidentales sobre el mundo (p.81).
Utilizar las herramientas y tecnologías venidas de otro lado no siempre quiere decir que ya eres o adoptaste la forma de vida de ellas.
"La occidentalización es superficial", incluso ilusorio porque confunde  con la "modernización", es decir la llegada a todo el mundo las nuevas tecnologías inventadas por el Occidente, pero que estas tecnologías venidas del extranjero no siempre significan que un país adhiere a sus valores morales y políticas. En otras palabras la "globalización" no es sinónimo de aculturación (p.81).
Ante todo esto, la religión también juega un rol importante en la globalización, la lección 6 nos habla de esto.

Lección 6: ¿Cómo reaccionan las religiones frente a la globalización?

Las religiones monoteístas (Judío, Islámica y Católica) tienen incompatibilidades o formas diferentes de visión de mundo, por lo que es un impedimento para los planes globalizadoras.
Este proyecto consumista valorizando los derechos individuales es la esencia misma de la, globalización contemporánea. Este ideal se volvió, luego del fracaso de la experiencia comunista, la sola gran tentativa de unificación del mundo sobre la base no religiosa. La democracia universal intenta concretizar la unidad que las religiones abrahamicas anuncian desde hace siglos (p.97).
Frente a todo esto, las leyes de una Nación tienen que seguir evolucionando, sin tener que ceder a otras supranacionales para reglamentar la globalización; la lección 7 no habla de esto.

Lección 7: ¿Cómo reglamentar la globalización?
Frente a estos desordene, muchos avanzan la idea de una gobernanza supranacional, es decir superior a los Estados - Naciones. En este caso, los Estados transfieren una parte de su soberanía a una organización jurídicamente superior. A la escala regional, la Unión Europea exigió de tal transferencia a sus 27 países miembros. La supranacionalidad es presentada como un medio de unir la humanidad de manera eficaz (p.113).
Un gobierno supranacional, despoja la soberanía y la democracias de un pueblo. Las consecuencia, en el caso de la Union Europea, ya se puede constatar, por ejemplo en Francia, el ciudadano común ya no es escuchado, no tiene ningún poder o mecanismo para ejercer presión y demandar que sus derechos sean respetados. En la actualidad, es en Bruselas donde se toman las decisiones sobre que leyes aplicar a los franceses o a los países miembros de la Unión Europea. Y, en Bruselas no están los que fueron elegidos por el pueblo, sino impuestos por los representantes de las grandes compañías industriales y financieras.
La noción de "comunidad internacional" es contestable. Este término designa en realidad una coalición de Estados potentes (federado por los Estados Unidos) y no el conjunto de la humanidad (p.115).
Lección 8: ¿La globalización amenaza la existencia de los territorios?

La globalización desarrolla mecanismos, términos y crea organizaciones “independientes” (por ejemplo las agencias de notación) que dan cifras para clasificar o calificar a un país el nivel de riesgo de inversión.
La globalización contemporánea pone en competición los sistemas sociales, fiscales, jurídicos y productivos. El conjunto de parámetros económicas y sociales que caracterizan una sociedad parece debe conformarse a esta nueva exigencia. La noción de competitividad, aplicado a los territorios, fue difundido mundialmente por el economista estadounidense Michel Porter (p.129).
Todas las cifras verificables, nos muestran que la globalización induce a la jerarquización.
Lejos de corresponder a una "globalización feliz"(Alain Minc), el neoliberalismo es, del punto de vista geográfico, un sistema profundamente jerárquico: los territorios no son iguales frente a la globalización (p.130).
La competición generalizada entre territorios consagra una visión mercantil y discriminante del espacio mundial. Bien que dominante en el discurso público, esta concepción es extremadamente controversial, porque la idea de competitividad, inicialmente concebido para las empresas o productos, parece a veces mal adaptado para hablar de una nación o de una ciudad (p.133).
Todas estas medidas están hechas para satanizar los recursos del Estado y motivar el despojo de sus recursos con el argumento de la competitividad.
..La competitividad es invocada para justificar las medidas impopulares; bloqueo de salarios, baja de prestaciones sociales, cuestionar las diversas ventajas, aligeramiento del derecho en favor de las empresas...El argumento de la competitividad nacional da una excusa irrefutable para los hombres políticos (p.133).
Lección 9: ¿La globalización  qué lugar da a los cuestiones ecológicos?
En cuanto a la ecología, aquí también existe un problema para hacer frente a los problemas del cambio climático.
La ecología se volvió en un tema de predilección de la gobernanza mundial. De hecho muchos problemas medioambientales ignoran las fronteras políticas (fenómenos climáticos, nubes tóxicos, migraciones de aves,...). La nebulosa ecologista, profundamente dividido, es hoy en día dominado por un visión (alter) mundialista y progresista. Sin embargo, esta colusión ente ecología, globalismo y progresismo es una paradoja a los ojos de la historia.

En efecto, la defensa del medio ambiente encuentra sus raíces en el derecho tradicionalista y nacionalista. Los medios conservadores siempre valorizaron el modo de vida rural, opuesto a los excesos de la revolución industrial. La defensa de los animales o la sacralización del vínculo hombre/región permanece hasta los años 1960-1970, un tema muy jerarquizado sobre el plano político (p.140).
No hay otro sistema más irrespetuoso del medio ambiente que la globalización en su versión neoliberal.
La globalización neoliberal se opone a los objetivos del desarrollo durable. En efecto, la integración planetaria es portadora de riesgos medioambientales mayores: uno de las funciones del discurso ecologista mundializado es de ocultar esta realidad a la opinión pública (p.146).
Mientras las energías alternativas, no son desarrolladas y por causa, la globalización seguirá utilizando el petróleo como principal fuente de energía con consecuencias graves para el medio ambiente.
El libre cambio genera una incremento exponencial de transporte (donde lo esencial es asegurado por las energías fósiles). La globalización induce un consumo creciente de recursos energéticos contaminantes y no renovables (p.146).
De manera general, los mercados mundiales de la energía (principalmente del petróleo), de las materias primas, de tierras agrícolas e incluso ahora los derechos a contaminar, tienen un funcionamiento contrario a los tres pilares del desarrollo durable: el modelo económico dominante está en crisis crónico; las desigualdades se observan en todas las escalas; el medio ambiente no es eficazmente protegido. Aún más, la difusión mundial del consumismo y del productivismo es incompatible con la preservación del medio ambiente. (p.146 -147).
En suma el ecologismo global es una forma de acompañar las contradicciones inherentes al neoliberalismo (p.147).
El discurso ecológico podría ser utilizado para someter militarmente en un futuro a los países que no están en condiciones de hacer frente a este problema por innumerables factores. No se descarta intervenciones militares, tal como lo dice un académico francés.
Ciertos autores, como el científico francés Guy Béney, denuncia el riesgo de recuperación del discurso ecológico al servicio de los intereses mercantiles. La protección saludable del planeta corre el riesgo de llevar al nacimiento de un "ecofascismo" de tendencia "totalitario". Este argumento es muy empleado en los países emergentes. Estos últimos temen que la ecología sea utilizada oportunamente por los países más desarrollados afín de poner trabas el crecimiento de ciertas economías competidoras. Este temor explica una buena parte del fracaso en las negociaciones luego del Kyoto. Cada vez es más probable que algunas potencias emplearan en las décadas a venir el pretexto ecológico para justificar las acciones militares: luego de la injerencia "humanitaria", las guerras al servicio de los derechos del hombre, el siglo XXI conocerá probablemente aquella del imperialismo ecológico (p.150).
Lección 10: ¿Cómo se organiza la opinión de la globalización?

Para hacer frente a la globalización, surgieron muchas corrientes sin una verdadera proposición a largo término o simplemente no tienen las herramientas para alcanzar sus fines.
Esta esfera de influencia es una adición de militantes tercer-mundistas y regionalistas, de anticapitalistas de obediencia marxista o anarquista, de ecologista, de pacifistas y de sindicalistas. Reaccionan de manera muy poco concertados, los alter mundialistas se encuentran puntualmente dentro de los grandes eventos mediatizados, pero sin organizarse políticamente (p.157).
Los alter mundialistas, no son las más credibles y estructuradas, además de ser muy diferentes entre ellos. Los reformistas, los militares revolucionarios, los ecologistas, todos ellos están divididas. Los eventos en los Estados Unidos con el Occupy Wall Street nos revelaron este problema, no tenían una verdadera estructura, lo mismo sucede con los Indignados españoles.
El alter mundialismo sufre de una falta de credibilidad. Frecuente percibido como una indignación legitima, aparece aun como incapaz de asegurar la dirección de las tareas públicas (p.158).
Antes de las últimas elecciones presidenciales en Francia, se debatieron sobre la "desglobalización" encabezado por el Arnaud Montebourg  y los alter mundialistas, el resultado no produjo nada en concreto.
Este episodio de la vida política francesa demuestra que es difícil transformar un movimiento de indignación en fuerza de proposición (p.158).
Entonces ante todos estos fracasos, lo que queda es una verdadera responsabilidad de los soberanistas en el sentido estricto o amplio de la definición. Al menos es la que podemos percibir de los textos de Gilles Ardinat.
El saberanismo, doctrina política preconizando el Estado-Nación como forma suprema de gobierno, es un poderoso corriente de oposición al neoliberalismo [...] El saberanismo, sin rechazar el principio del capitalismo propone un modelo intervencionista que tiene vocación de remplazar la doctrina neoliberal.
Solo los Estados-Naciones parecen en medida de aportar un contrapeso a los actores mundializados y a los desórdenes de nuestra época. El soberanismo es entonces a la vez un patriotismo (defensa de la nación frente a la globalización) y un pragmatismo (la gobernanza mundial no aporta regulación eficaz) (p.159).
Para los soberanistas, la economía debe permanecer bajo control de la autoridad estatal. Así, las naciones, dotados de fronteras poderosas y de reglamentaciones exigentes, tienen vocación a regular los flujos económicos. El proteccionismo es un argumento recurrente en los medios. La globalización liberal, porque ella disminuye la autoridad del poder político sobre la esfera económica, es incompatible con lo ideal soberanista (p.160).
[...]
Los soberanistas combaten toda tentativa de gobernanza supranacional. [...] Solo los Estados-Naciones son legítimos y eficaces para organizar la globalización. Toda estructura jurídica superior a las naciones es rechazada en el nombre de la democracia y de la libertad de los pueblos (p.160).
En Europa los partidos soberanistas llaman a la disolución de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo, porque estas instituciones imponen sus decisiones a los países miembros. Ante esto los soberanistas defienden los tratados bilaterales en lugar de bloques.
Para los soberanistas, la independencia de las naciones debe permanecer un principio superior a las consideraciones de las élites occidentales (p.161). [...] Los detractores de los soberanismos le reprochan de ubicar la regulación a nivel inadaptado, mientras que muchos fenómenos son mundializados (flujo financiero, inmigración, mercancías...). Muchos creen que el estatismo es obsoleto y que la globalización debe ser  regulada por las instancias supranacionales (p.161).
Los que proponen desarticular a un Estado-Nación, no hacen más que confirmar su intención mercantilista al detrimento del respeto elemental que todo individuo soberano tiene. Ardinat dice que en el plano político también los soberanistas están divididos, lo cual no es tan verdad a la realidad, en todos lados del mundo están emergiendo los soberanistas que si tienen propuestas contra la globalización.
Además lo soberanistas son frecuentemente divididos sobre el plano político, lo que constituye un obstáculo mayor. Es conveniente entonces de bien disociar los soberanistas de los alter mundialistas: los primeros son estatista y proponen soluciones constatadas, mientras que los segundos son libertarios y reflexionan a nuevas formas de organización social. Estas dos formas de oposición a la globalización liberal no pueden ser confundidas (p.161).
[...] Los alter mundialistas, que permanecen profundamente internacionalistas y progresistas, privilegian la tolerancia y la apertura. Los soberanista se oponen en cuanto a ellos a la violencia y a las tendencias hegemónicas llevados por ciertos partidos radicales. Todas estas críticas subrayan los peligros de una concepción demasiado restrictiva de la identidad. El anti globalismo, frecuente considerado como extremismo permanece políticamente muy aislado (p.165).

Libro: Comprendre la Mondialisation en 10 leçons, Gilles Ardinat, Ellipses Edition Marketing, 2012. 192 pag.
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